Más de 35 personas se registraron para nuestro último Foro Comunitario, que abordó las desigualdades entre poblaciones con trastornos por el uso de sustancias. Podría haberse llamado «Cómo nuestro de salud actual refleja nuestra cultura y creencias, y qué debemos hacer para cambiarlo». El Dr. Oluwole Jegede habló de completar su beca de investigación sobre adicciones en la Escuela de Medicina de Yale, con una ubicación principal en la Fundación APT, por lo que volver a hablar sobre este tema fue como volver a casa.
Comenzó con los objetivos de aprendizaje del Foro, afirmando que al final de la sesión los participantes serian capaces de:
- Identificar las determinantes sociales de salud como factores de riesgo para la adicción.
- Comparar conceptos de desigualdad e inequidad.
- Describir las vías causales de los factores sociales a las adicciones.
- Identificar el racismo como un determinante social de la salud.
- Describir políticas e iniciativas clínicas para abordar las desigualdades en la adicción.

Los determinantes sociales de la salud, explicó, consisten en factores no médicos que influyen en los resultados de salud. Para las personas con trastornos por uso de sustancias, son las condiciones en las que las personas nacen, crecen, trabajan, viven y envejecen, y el conjunto más amplio de fuerzas y sistemas que dan forma a las condiciones de la vida diaria. La evidencia es clara de que para ciertos individuos o grupos de individuos, la exposición a vulnerabilidades de salud se estratifica a lo largo de varias jerarquías sociales.
Los paradigmas tradicionales en el cuidado de la salud ha tendido a ignorar la causalidad social. En cambio, se ha centrado principalmente en modelos biológicos de las causas de las enfermedades en los seres humanos. Sin embargo, cosas como el acceso a la educación, el acceso a la atención médica, la estabilidad económica, el vecindario y el entorno construido, y el contexto social y comunitario son todos responsables de cómo se desarrolla la salud y el bienestar de una persona a lo largo de su vida.
Marcos
Se ha propuesto varios marcos para ayudarnos a comprender cómo los determinantes sociales afectan la salud de las personas. Según el Dr. Jegede, los factores ascendentes o sistémicos deben ser considerados y controlados para tener un efecto sobre los factores descendentes o inmediatos. La investigación sobre estos temas ha aumenetado notablemente en los últimos años.
Las vulnerabilidades sociales y estructurales se pueden transferir a la próxima generación, en un proceso denominado Transferencia Intergeneracional de Desventajas. Se ha reconocido “vías” específicas como mediadores entre estos factores sociales y el desarrollo o la perpetuación de los trastornos por uso de sustancias. Es importante entender que estas vías pueden ser puntos de intervención. Además, es razonable considerar los determinantes sociales de la salud como factores codependientes y que se refuerzan mutuamente. Juntos, crean un estado de vulnerabilidad estructural general o de riesgo crónico de resultados negativos para la salud.

Muchas veces, los acuerdos financieros e institucionales de los sistemas de atención médica pueden tener efectos dispares y negativos en la capacidad de las minorías para obtener atención de calidad. La igualdad, si bien es deseable, aún puede tener un impacto en las personas que quedan excluidas. Por ejemplo, no es suficiente brindar servicios de telesalud para las adicciones cuando hay personas que aún no tienen teléfonos inteligentes, acceso a estaciones de carga o incluso nivel cultural para evaluar las visitas de telesalud.
De hecho, las poblaciones con minorías raciales y étnicas tienden a recibir una atención de menor calidad incluso cuando se controlan los factores relacionados con el acceso. Esto significa, entonces, que el tratamiento por uso de sustancias se establece de manera que dificulta el acceso y mantenimiento de la atención. Las personas de raza negra y mestiza que usan drogas:
- Es más probable que estén involucradas en el sistema carcelario.
- Es menos probable que participen en el tratamiento y mantenimiento de adicciones.
- Es menos probable que sean tratadas con buprenorfina y con mayor probabilidad de ser tratadas con tratamientos más estigmatizantes, como la metadona.
- Presentan mayor probabilidad de morir por sobredosis de drogas. Además, cuanto más desigual es un condado, mayor es el número de muertes por sobredosis.

Estructuras Sociales
La raza no es el factor determinante de la salud, señala el Dr. Jegede, el racismo sí lo es. El racismo es el emplazamiento de las estructuras sociales. Subyace en los primeros cimientos de las políticas públicas para el tratamiento de las adicciones en este país, incluida la llamada Guerra contra las Drogas, enfoques basados en la abstinencia como la campaña Diga No de Nancy Reagan que designó al consumo de drogas como un fracaso moral, y la Ley de Control Integral del Crimen de 1988 que estableció sentencias mínimas obligatorias para ciertos tipos de drogas correspondientes a patrones de uso definidos por la demografía racial. Luego, cuando observamos la comercialización actual de la buprenorfina, vemos que se está comercializando para personas blancas y personas que pueden pagar. Mientras tanto, el 78 % de las personas que toman metadona experimentan estigmas dañinos, incluida la percepción de que no son dignos de confianza e incompetentes, lo que dificulta el logro de los objetivos educativos y laborales.
Los determinantes sociales de la salud son difíciles de medir, pero hay cosas que todos podemos hacer para evaluar los riesgos y cuidar a las personas de manera equitativa. No queremos reducir los pacientes a números; es un sistema muy complejo que requiere sensibilidad e intervenciones a varios niveles. Al final del día, los resultados de salud en las adicciones están relacionados con la ubicación de un individuo en varias jerarquías sociales determinadas por fuerzas políticas y económicas. Al cambiar los paradigmas de encuadre, debemos reconocer que existe disparidad e implementar esfuerzos programáticos para mejorar la equidad racial en la fuerza laboral de adicciones como un buen comienzo para forjar un camino hacia la justicia racial.
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Sobre el Presentador
Dr. Oluwole Jegede, MD, MPH
Profesor Asistente, Yale Department of Psychiatry
El Dr. Oluwole O. Jegede es un psiquiatra en New Haven, Connecticut, que se subespecializa en adicción, comunidad y neuropsiquiatría. Está afiliado al Centro de Salud Mental de Connecticut (CMHC), al Centro Médico de Asuntos de Veteranos y al Hospital Yale New Haven (Hospital Bridgeport). Recibió su educación de la Escuela de Medicina de Yale, la Universidad George Washington y la Universidad de Ibadan en Nigeria y ha estado en práctica por más de 15 años.